domingo, 8 de mayo de 2016

Bocatas de chorizo y platos de espaguetis

No sé por qué llevo unos días dándole vueltas al tema del doping, una lacra para el deporte que podría tener solución si se coge el toro por los cuernos. Pero hay que quererlo y la duda es si las autoridades quieren hacerlo.

Se ha hablando largo y tendido sobre este asunto, de los riesgos para la salud del deportista, de la adulteración que supone para la competición o de los perjuicios económicos que supone para los afectados. A pesar de todo parece claro que no se le quiere poner solución y quizás ésta vendría por alguna de las recetas que voy a comentar.

Y mi receta es muy radical. Si yo he sido capaz de preparar más de una decena de maratones sin tomar ni una aspirina para el catarro ni un complemento vitamínico para paliar los rigores de la preparación, por qué no trasladar ese modelo a los deportistas profesionales.

Muchos hemos oido que ciertos deportistas tienen altos índices de enfermedades como por ejemplo el asma, lo que les da libertad para tomar ciertos medicamentos. Y la trampa viene en que estos medicamentos, ejemplo, el ventolín, enmascaran el consumo de otros (ignoro cuáles). Pero lo más sangrante es que el % de deportistas que declaran ser asmáticos supera en un altísimo porcentaje al de la población normal.

Cuáles son los argumentos de los deportistas que dicen ser asmáticos. Que si no toman el medicamento no pueden practicar el deporte a alto nivel. ¿Qué nos pasaría a los mortales? Que tendríamos que rebajar la intensidad o incluso dejar de practicar deporte en tiempo de alta incidencia de la enfermedad (ejemplo, en primavera).

¿Cómo lo trasladamos a los profesionales? Aquí nadie toma Ventolín, si tienes problemas de asma haz otro deporte o baja la intensidad. ¿Que no te cuadra en la planificación de la temporada para preparar los JJ.OO. por ejemplo? Búscate otros objetivos en otros momentos de la temporada, igual que hacemos los populares.

Este ejemplo lo podemos trasladar al consumo de otras sustancias legales (y digo legales porque están aprobadas por el comité que regula el doping). Podría pasar que un deportista tiene tendencia a la anemia y tiene que suplementarse con hierro vía oral. Solución. Si hacer 200 km. semanales te produce anemia, corre sólo 150.

¿Que con 150 no llegas a correr un maratón en sub 2.10? Dedícate a otra cosa. Otra vez, como hacemos los populares. Nosotros si corremos más de n kilómetros y nos lesionamos o enfermamos, ¿a que no optamos por los suplementos y sí por rebajar volúmenes e intensidades y si tenemos que renunciar a correr un maratón y tenemos que conformarnos con un 10.000 nos conformamos?

Si todos corren a bocata de chorizo y plato de espaguetis quizás las marcas de maratón no estarían en 2.03 o las del 100 en 9.6X, pero creo que para el espectador sería igual de bonito ver a los corredores hacer el maratón a 3.10 ó 3.15 el km. en vez de a 2.55. Y sobre todo conseguiríamos un deporte limpio.

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