domingo, 14 de junio de 2015

Anecdotillas arbitrales

Siempre he comentado que la culpa de la violencia en el fútbol la tenemos los padres. Y me apoyo en un razonamiento. Pasaos cualquier sábado por un polideportivo donde jueguen categorías inferiores. Fijaos en lo que se escucha en la grada por parte de los padres hacia sus propios hijos, los compañeros de éstos, los contrarios y el árbitro y decidme si con esos comentarios se está inculcando la deportividad, el respeto al contrario o hacia el árbitro y otra serie de valores... o todo lo contrario.

Ayer era el día de puertas abiertas en el colegio de mi hijo y entre otras actividades hay partidos de baloncesto. Y desde hace 7 u 8 años colaboro arbitrando algunos partidos. Y ayer, al terminar un partido de alevines felicité a uno de los entrenadores porque ninguno de sus jugadores había protestado ni una sola de mis decisiones, y seguro que me equivoqué.

Esa debería ser la actitud, respecto a las decisiones arbitrales y eso se inculca desde pequeñitos. Por desgracia en unos deportes no se hace y como se suele dedir, "de aquellos polvos, estos lodos".

En lo deportivo fueron dos partidos de 40', uno a lo ancho del campo en el que había que moverse poco pero el segundo fue ya de infantiles. Estos ya juegan en canastas de 3.05 y a campo largo. Aquí ya me tocó pegarme alguna carrerita. Al ser sprints parece que el isquio quería hacerse notar, así que me temo que voy a seguir con el calvario.

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