sábado, 11 de abril de 2015

El parque de Arcentales me mata

Sesión de sábado que ha sido todo un via crucis. Desde el primer metro del entrenamiento el isquio de la pierna derecha estaba demasiado tenso con lo que me era imposible alargar la zancada. Y cuando digo imposible es imposible. Iba corriendo casi como Chiquito de la Calzada. Ni con el pasar de los minutos y de los pocos kilómetros ha calentado el músculo.

Lo achaco al parque de Arcentales. Estoy comprobando que en cuanto acumulo tres o cuatro días seguidos allí me pasa lo mismo, así que voy a tener que optar por buscarme otras localizaciones.

Y eso he hecho hoy. Me he subido hasta la Quinta de los Molinos a aprovechar la buena mañana para correr por un recorrido de tierra. He ido haciendo zig zag por los caminos perpendiculares al paseo central y al que corre paralelo a la tapia más cercana a la pista del Suanzes. Cuando he llegado al final he estirado un poco y he repetido el recorrido en sentido inverso para volver a estirar de nuevo. Luego me he bajado hasta Torre Arias andando y desde allí he vuelto hasta casa trotandejo, esta vez con la sensación de que ya podía alargar algo más la zancada.

La tarde del sábado la estoy pasando estirando la pierna para intentar llevar el músculo a su sitio y que esto no sea más que la consecuencia de una errónea elección de la superficie por la que entreno.

Al menos no me he roto y mañana podré volver a hacer un algo.

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