miércoles, 11 de marzo de 2015

Una pájara de 48 horas

Este fin de semana, aprovechando que nos ha hecho un tiempo espectacular digno de los mejores días de primavera, he dejado descansar las zapatillas y me he cogido la bicicleta para estrenar la temporada ciclista. El sábado me hice hora y media con mi amigo José y el domingo me fui a las tres horas y media completando la vuelta al anillo ciclista.

Cuando terminé eran las 20.30, ya de noche. Apenas si me dio tiempo a llegar a casa y terminar el día. Pero el problema vino el lunes y el martes. Estuve ambos días en estado de pájara, como mareado, muertito de hambre y de sed, con las piernas ardiendo y tan cansado que más que andar, me arrastraba.

Ni que decir tiene que el lunes ni me planteé el salir a entrenar. Como digo, bastante tenía con mantenerme en pie. El martes (ayer), y ya con algo de mejoría, sí hice intención de entrenar y hasta pude acercarme a Palomeras a correr en compañía. Había quorum e hice bueno eso de "peor solo que bien acompañado".

Lo prescrito por alguno de los que acudían era un 4 x (400 + 300 + 200 + 400) con 1 y 3' de recuperación. Hace tiempo que yo como entrenador no pongo ese tipo de entrenamientos porque me parecen demasiado duros. Bastante exigente es ya el entrenamiento de por sí como para andar aderezándolo con "putaditas". A pesar de todo los chicos sí estaban por la labor con lo que yo me uní a ellos pero con alguna quita. Y mi quita estaba clara, fuera el último 400.

 Así que mi entrenamiento se quedó en unos 4 x (400 + 300 + 200) que hice a ritmos de 3.30 el km. Por dar datos, los 400s me salieron respectivamente en 1.24, 1.23, 1.22 y 1.21. Los 300 y 200s pelín más rápido, pero poco.

Así que otro día de series. 3.600 m. a ritmos de 3.30, que los doy por muy buenos.

No hay comentarios: