jueves, 10 de mayo de 2012

La luz blanca al final del túnel



Me comentaba un amigo, persona ajena a cualquier cosa que tenga que ver con el atletismo en particular y con el deporte en general, que qué es eso de la luz blanca al final del túnel que he escrito "nosedonde". Y tras echar la carcajada de turno pasé a explicárselo.

Con lo de la luz blanca al final del túnel quiero expresar el cómo me siento después de hacer un entrenamiento láctico. En esta etapa de la temporada, en la que estoy preparándome para las competiciones en pista con el foco en el 1.500, hay que hacer un tipo de entrenamiento con distancias no muy largas, pocas repeticiones y mucha recuperación. Esto, bien explicado, dando detalles e incluso poniendo algún ejemplo, lo entienden hasta los que, como mi amigo, no saben nada de deporte.

Pero, me preguntaba, ¿lo de la luz blanca al final del túnel? Es que eso suena muy chungo. Y aquí fue donde se complicó la explicación. Verás, le decía. El entrenamiento que te he comentado supone entrar en metabolismo láctico. Son entrenamientos cortos, pero muy intensos.

Después de hacerte un 200 o un 400 a todo lo que te dan las piernas y el pecho, las sensaciones son de llegar a meta y caer rendido. Cuando pasan los 3, 4 ó 6 minutos de recuperación a veces te sientes como mareado. En la boca tienes un sabor extraño, quizás parecido a cuando te sangra la nariz. Acabar y ponerte a toser como el que se fuma dos paquetes diarios es casi instantáneo. Los últimos 100 m. de cada serie uno se quiere morir del dolor de piernas, las líneas de la pista parece que se vuelven curvas y al plano horizontal parece que le meten un 25% de inclinación. Y a la hora u hora y pico de terminar, casi seguro que tienes dolor de cabeza y por la noche las piernas te arderán y es probable que duermas mal.

Todo eso junto, concluyo, es a lo que llamo la búsqueda de la luz al final del túnel.
¿Y tú dices que haces esto por que te gusta, me responde?

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