viernes, 10 de noviembre de 2006

Para celebrar la Almudena...

Ayer era día de festivo para la mayoría de los trabajadores de Madrid. Yo, como me cuento entre estos, también tuve fiesta, pero sólo en lo laboral.

El día comenzó como cualquier otro día en que no trabajo. Fui el último en levantarme de la casa (como también fui el último en acostarme la noche anterior), desayuné y me fui con mi hijo (a partir de ahora Miguel) a ver a su abuela, es decir, a mi madre.

Después de hacerle una visita algo más tranquila que la del médico me fui con el nieto de mi madre, es decir Miguel, a Quintana a trapichear con unos cromos. En Quintana tienen montando un rastrillo en el que se pueden cambiar / comprar / vender cualquier cromo de la colección que sea. Como ya estaba hartito de ir al kiosko y dejarme la pasta para colocar 1 ó 2 cromos (hay que decir que nos faltaban veintipico solamente) pues decidí acabar con esto de una vez por todas.

Total, que nos acercamos y le entré al primero con la lista que llevaba escrita pero que me sabía de memoria y, por supuesto, por orden alfabético de equipos (cosa que le ha servido a Miguel para aprender a ordenar alfabéticamente). Del athletic, Aduriz, del atleti, Costinha, del Betis, Doblas, del barça Thuram... Ver como se le iluminaba la cara a Miguel cada vez que veía que ese cromo que le faltaba ya lo tenía es algo que no tiene precio.

Total que entre varios vendedores y tras dejarme todo lo suelto que llevaba (más de 10 €) nos llevamos todos los que nos faltaban. El chaval no cabía en sí de lo contento que estaba. 'No me puedo creer que ya tenga toda la colección', decía. El resto de la mañana trancurrió entre poner los cromos en el álbum y unos tiritos hasta que llegó un amigo del niño. La tarde, previa siesta, fue una segunda parte de esos tiritos: ahora me la pongo yo, Papá, ahora te la pones tu... hasta que llegó la hora de hacer los deberes (los míos, que el niño ya los había hecho). ¡Y qué deberes!

Resulta que el plan de entrenamiento decía que el miércoles había que hacer 7 miles. Yo me lo salté y en su lugar hice 17 kilómetros, 10 de los cuales fueron en r2, es decir, una buena paliza, pero los miles estaban sin hacer.

El parque de Arcentales (o parque de San Blas o parque el paraíso) está casi cercado porque están haciendo obras, con lo que el circuito habitual del mil está algo complicado, así que me decidí a hacerlos en lo que es la propia avenida. Hay que decir que gran parte de la avda. de Arcentales se cierra al público los domingos y fiestas de guardar, con lo que no había peligro de tráfico.

Así que apreté el culete y me puse a hacer los miles desde la rotonda que hace esquina con Miguel Yuste hasta García Noblejas. Quiero pensar que son algo más de mil metros, En cualquier caso los tiempos me salieron en torno a los 3.50 (hay que destacar que es en continua subida, tendidita, pero subida que en el tramo que va desde la gasolinera hasta García Noblejas es más pronunciada).

La recuperación la hice trontando. No podía ser de otra manera porque no era plan de hacer un mil p'arriba y el otro p'abajo, así que entre unas cosas y otras me casqué 15 kilómetros. Lo mejor de todo, el haber hecho el entrenamiento. Me queda la duda de cuánto medirá el tramo que hice, pero esa duda quedará resuelta hoy mismo cuando vaya con el coche para comprobarlo.

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